"La educación adoptó muchas formas en el pasado y llegó a ser capaz de adaptarse a circunstancias cambiantes, estableciendo nuevos objetivos y diseñando nuevas estrategias. Pero, repito, el presente cambio no es como los cambios del pasado. En ningún punto de inflexión de la historia humana los educadores se han enfrentado a un desafío estrictamente comparable con el que plantea el momento actual. Sencillamente, nunca hemos estado en una situación similar. Aún no hemos aprendido el arte de vivir en un mundo sobresaturado de información. Ni tampoco el arte inconcebiblemente difícil, de preparar a los seres humanos para esa vida."

BAUMAN, Zigmunt, 44 cartas desde el mundo líquido, Ed. Paidos, México, 2011, p.

miércoles, 9 de mayo de 2018

COMENTARIO LITERARIO. 17/18. EGLOGA I DE GARCILASO DE LA VEGA


 SALICIO
 
¡Oh más dura que mármol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aún la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas;
que no hay, sin ti, el vivir para qué sea.
Vergüenza he que me vea
ninguno en tal estado,
de ti desamparado,
y de mí mismo yo me avergüenzo agora.
¿De un alma te desdeñas ser señora,
donde siempre moraste, no pudiendo
della salir una hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
(…)
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba:
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.

COMENTARIO BREVE


Este texto es un fragmento del monólogo de Salicio perteneciente a la Égloga I, escrita por Garcilaso de la Vega.
Pertenece al periodo del Renacimiento, por lo tanto, fue escrita en el siglo XVI.

Se corresponde con el género lírico, concretamente con el subgénero de la égloga, composición en la que unos pastores idealizados exponen sus quejas amorosas en un ambiente caracterizado como un Locus amoenus (“lugar ameno”, lleno de paz, flores, frescas arboledas, ríos, animales…).

El tema principal del poema es el dolor causado por el rechazo de la amada, Galatea, es decir, el tópico Reprobatio Amoris (“reprobación al amor”). Como tema secundario se observa el Locus amoenus, en el que los pastores exponen sus quejas.

La función del lenguaje predominante es la poética, ya que se trata de un texto literario, y el autor busca la belleza y la originalidad. Otras funciones del lenguaje presentes en esta composición son la expresiva, dado que el yo poético expresa sus sentimientos ante el estado de desengaño amoroso, y la apelativa, se intenta llamar la atención del receptor (lector) mediante oraciones exhortativas.

Está escrito en estancias.
Su esquema métrico es el siguiente:

11A, 11B, 11C, 12B, 11A, 11C, 7C, 7D, 7D, 12E, 11E, 11F, 7E, 11F / 11A, 11B, 11C, 10B, 11A, 11C, 7C, 7D, 7D, 11E, 11E, 11F, 7E, 11F.

 Como se observa predominan los versos endecasílabos y heptasílabos, aunque presenta ciertas anomalías, como versos dodecasílabos o decasílabos. En cuanto a la rima, los versos tienen rima consonante, la cual se desarrolla de la misma manera en las dos partes del poema. Los versos endecasílabos son de arte mayor, y los heptasílabos, de arte menor. El yo poético no es el autor, sino Salicio, el cual realiza un monólogo.

En el plano morfosintáctico predominan las oraciones enunciativas, aunque presenta también interrogaciones, exclamaciones y oraciones exhortativas.

Respecto al tipo de palabras, abundan, en la primera parte, los verbos, mayoritariamente de estado (vivir, morir, ser…), y, en la segunda parte, los adjetivos.

En el plano léxico-semántico, en la primera parte, el autor utiliza palabras con connotación negativa, en la mayoría de los casos; mientras que, en la segunda parte, se produce una degradación, se compara la felicidad del pasado (términos con connotación positiva) con el dolor del presente (palabras con connotación negativa).

Los recursos literarios presentes en el texto son la hipérbole (“Oh más dura que mármol a mis quejas”), paradoja (“y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve”), hipérbaton (“vergüenza he que me vea ninguno en tal estado”), interrogación retórica (“¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo de ella salir una hora?”), personificación (“Salid, sin duelo, lágrimas corriendo”), epíteto (“verde hierba”), anáfora (“¡Ay, cuánto me engañaba! / ¡Ay, cuan diferente era…!” o “Por ti el silencio… / por ti la esquividad…”), repetición para acabar cada acto (“Salid, sin duelo, lágrimas corriendo”), encabalgamiento (“Vergüenza he que me vea / ninguno en tal estado”), enumeración (“la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa”).
El autor emplea las oraciones enunciativas para expresar una realidad, en este caso ficticia; las interrogativas, para llamar la atención del receptor (lector) y para manifestar su duda; las exhortativas, también para llamar la intención del receptor; y las exclamativas, para resaltar sus sentimientos. Los adjetivos se emplean para describir y caracterizar el paisaje como un Locus amoenus, y para expresar el cambio entre el pasado y el futuro.

Es un texto típicamente renacentista, ya que se perciben influencias clásicas, que tienen como resultado motivos y temas utilizados en la época, así como el tipo de composición empleado.

 La égloga es un subgénero de tradición clásica muy utilizado en la época. La estancia es un tipo de composición típico del siglo XVI. En este monólogo de Salicio se observan temas como el amor, el motivo por excelencia de la poesía garcilasista, y la naturaleza descrita como un entorno idealizado. El empleo de epítetos es otro ejemplo de que este poema pertenece al Renacimiento.

1 comentario: